Una sopa muy popular en restaurantes de toda Francia, para elaborarla puedes utilizar cualquier caldo que tengas guardado, de cocido, verduras o carne, o puedes hacer uno exclusivamente para ello. Una sopa muy reconfortante y realmente deliciosa ahora que vuelve el frío.
Ingredientes.
- 2 litros de caldo de carne
- 8 cebollas
- 8 rebanadas de pan
- 100 g de queso rallado
- Aceite de oliva
Pela y pica las cebollas en juliana, es decir, en tiras largas y estrechas. Colócalas en una olla con un chorrito de aceite de oliva y deja pochando a fuego flojo hasta que las cebollas estén completamente caídas y se encuentren bien cocidas. Cuando la cebolla este transparente incorpora el caldo y deja cocer unos minutos para que los sabores se integren.
Corta unas rebanadas de pan y frie hasta que estén bien crujientes, sácalas a un plato con un papel de cocina para que absorba el exceso de aceite. También puedes utilizar unas rebanadas de pan tostado.
Sirve la sopa en una sopera o cuencos individuales, coloca un par de rebanadas de pan tostado encima y espolvorea con queso rallado. Mete al horno a gratinar hasta que se funda el queso y sirve inmediatamente.
Queda deliciosa al decorar con una yema de huevo cruda justo cuando la vayas a servir, para que sea el mismo comensal quien la mezcle con el caldo y cuajarla así, con el mismo calor del plato.